Joaquín Ascaso regresa a su barrio

Joaquín Ascaso hijo y Agustín Martín

Murió en 1977 exiliado en Caracas (Venezuela), lejos del país, de la ciudad, del barrio que le vio nacer. Pero hoy Joaquín Ascaso ha regresado a Torrero-La Paz. Un monolito, costeado por suscripción popular, honra su memoria desde hoy en el jardín del Centro Cívico (en la calle Monzón). En un acto hermoso y emotivo, al que han acudido muchos vecinos del barrio (y de fuera de él, como es mi caso), se ha inaugurado el monolito en presencia de Joaquín Ascaso hijo. De entrada, la Coral de La Paz llenó el aire de música y de compromiso entonando el ‘Te quiero’ de Mario Benedetti y la ‘Albada’ de José Antonio Labordeta. Luego la historiadora Laura Vicente relató la vida de Joaquín Ascaso, desde su militancia anarcosindicalista de muy joven hasta las tentativas revolucionarias durante la República y luego su presidencia del Consejo de Aragón, órgano de gobierno autónomo reconocido por el Gobierno republicano durante el primer año de la guerra civil y también fruto de contradicciones en el movimiento anarquista. A continuación, nuestro compañero Agustín Martín, representando a la Asociación de Vecinos organizadora del acto, hizo salir al hijo del homenajeado para que recibiera el aplauso de los presentes. Casi como colofón, una gaita aragonesa hizo sonar el himno libertario, ‘A las barricadas’, antes de que el Viceconsejero de Cultura Juanjo Vázquez, en nombre del actual Gobierno de Aragón, cerrara el acto aportando una reflexión sobre la importancia de la memoria histórica.

La Coral de la Paz en el homenaje a Ascaso

Ha sido una mañana muy agradable. Una excelente idea, muy bien acogida. He acudido junto a Miguel Martínez Tomey, secretario de identidad nacional de CHA, y he podido disfrutar con la presencia de buenos amigos a quien hacía algún tiempo que no veía, como Eloy Fernández Clemente, Pepe Melero,  Dimas Vaquero, Víctor Frago… Y compañeros de la aragosfera, como Charo Giménez, Valentín Cazaña, Cristina Monge o el fotobloguero Primo. [Ojo, pronto habrá fotos, mejores que las mías, en el blog de Primo]. Y mucha más gente a quien ya me perdonaréis que no cite.

Para los aragonesistas el acto servía para rescatar del olvido no sólo a Ascaso, sino al Consejo que presidió. El Consejo de Aragón fue la primera experiencia de autogobierno de Aragón desde 1707. Le tocó hacer historia en meses convulsos de guerra y revolución, y acabó oculto bajo toneladas de sal. De esa forma intentó el fascismo borrar la memoria de un pasado de libertad y utopía. Ya va siendo hora de desenterrar a quienes nos dejaron su ejemplo de lucha y de sacrificio, contra la tiranía, contra la explotación y por la libertad.

Joaquín Ascaso, ¡bienvenido de nuevo al barrio!