23 de abril, la fiesta nacional

El domingo, 23 de abril, se celebra el Día de Aragón, la fiesta oficial de la Comunidad Autónoma. Para los nacionalistas, el Día nacional de Aragón. Ciertamente en la larga historia del aragonesismo hay otras fechas de mayor tradición, como el 29 de junio (aniversario de los Decretos de Nueva Planta del primer rey Borbón Felipe V (IV de Aragón) que abolió los fueros, derechos y libertades de Aragón, por derecho de conquista tras la Guerra de Sucesión, en 1707) y el 20 de diciembre (aniversario de la ejecución del Justicia Mayor de Aragón, Juan V de Lanuza, tras la ocupación de Aragón por tropas castellanas de Felipe II (I de Aragón) en 1591). Sin embargo, las instituciones preautonómicas aragonesas optaron por el 23 de abril, festividad del santo patrón San Jorge, una figura legendaria de gran predicamento en la Edad Media, y que ya fue declarada fiesta por las Cortes de Aragón de 1461. Al menos, el 23 de abril no era un aniversario de derrota y, si bien no presentaba inicialmente un perfil reivindicativo, se puso los galones en la movilización autonomista de 1978.Desde entonces los sucesivos gobiernos aragoneses han pretendido reforzar su carácter festivo a costa de diluir la reivindicación, incluso en las Fiestas del Agua de los últimos años paradójicamente en plena lucha contra el trasvase del Ebro. Dentro de ese rebaje de discurso político debemos entender la sistemática desaparición de la denominación “Día de Aragón” y el uso en su lugar de forma prácticamente exclusiva del “San Jorge”. ¿Hay algo más cercano a las fiestas de un municipio que la referencia al santo patrón? ¿Dónde está el contenido político de “San Lorenzo”, “San Fermín” o “Santa Pantaria”? Por eso el Gobierno de Aragón utiliza el santoral para que la ciudadanía aragonesa viva una jornada festiva, pero sin que caiga en la cuenta de que se trata de la principal celebración política del pueblo aragonés como colectividad, como comunidad, como país. La rematadera es el lema escogido este año: “Aragón, una autonomía que aspira a más. Este San Jorge nos veremos en la tele de los aragoneses”. No puede caerse más bajo en un número tan reducido de palabras. Por cierto, ¿cuánto nos habrá costado esta ridícula campaña publicitaria? Pero vayamos a la cuestión: ¿Aragón es una autonomía? Aragón es una Comunidad Autónoma, una nacionalidad según el artículo 1 de nuestro Estatuto vigente. Utilizar aquí el término “autonomía” es realizar una injustificada concesión al coloquialismo que confunde el sustantivo y el adjetivo. Pero lo más cutre es la referencia a la televisión. Lo más importante de este 23 de Abril (simplemente San Jorge, como se encargan de repetir hasta la saciedad) ya no es ni el “Ganemos la Autonomía” de 1978, ni la Autonomía Plena que reclamábamos en 1992 y 1993, ni el “trasvase no” de las pancartas que llenaban la Plaza del Pilar en el 2001 y siguientes. Este año celebramos que vamos a tener por fin una tele. Con más de dos décadas de retraso, Aragón dispondrá de una radio y una televisión autonómicas, esto es, públicas propiedad de la Comunidad Autónoma. ¡Pues ya era hora! Alegrémonos de que las viejas reivindicaciones se vayan conquistando poco a poco, pero, por favor, no minusvaloremos, no ridiculicemos nuestro Día nacional. No podemos rebajarlo a que sea el día de la tele. Por otra parte, mal comienzo va a tener la televisión autonómica, cuando se presenta como la televisión del Gobierno. El mismo error lo cometieron con la radio autonómica y ahora vuelven a caer en él. Si no es la radiotelevisión de todos, de toda la sociedad, entonces no será la de nadie y se frustrará una herramienta tan importante para vertebrar un país como es el espacio audiovisual público propio. El Día de Aragón es para mirarnos al espejo colectivo y sentirnos parte de esta nacionalidad con mil años de historia, para recuperar nuestras señas de identidad como pueblo y para reafirmarnos en nuestros compromisos colectivos en pos de un Aragón libre, justo, solidario, culto y mestizo, un país moderno con raíces milenarias pero preparado para los retos del siglo XXI. Eso sí es el Día de Aragón, ni de santos ni de teles.