Anteayer publicó 20minutos mi artículo sobre la crisis cultural que estamos viviendo en estos tiempos de pandemia, una auténtica pesadilla distópica: «Como si un terremoto hubiera resquebrajado el mundo que conocíamos y yo fuera Mad Max persiguiendo el combustible cultural que me permitiera seguir viviendo en sociedad. Y es que precisamos de las artes y de los libros para conocernos, para enriquecernos y para reconstruirnos. Aquel iba a ser un mundo triste sin industrias culturales ni librerías, y perdí toda esperanza. Porque los libreros son prescriptores culturales, animadores de la vida, y su labor es imprescindible para hacer mejor esta sociedad.»

Mad Max en el desierto cultural
Chesús Yuste. Escritor y exdiputado.
Ayer me desperté sobresaltado con la noticia del final de la guerra contra la Covid. Salí a la calle entusiasmado, con ganas de recuperar el tiempo perdido. Pero encontré un paisaje desolador. Una sociedad en ruinas se asomaba tras la batalla pandémica. Recorrí las calles en pos de un lugar para celebrar la vida y solo hallé persianas cerradas. Emprendí entonces con ansiedad la búsqueda de oasis culturales que hubieran sobrevivido al cataclismo. Pero solo encontré cascotes y polvo donde antaño se erguían teatros, cines y salas de conciertos. Tampoco había librerías abiertas. Solo escaparates vacíos y viejos carteles de presentaciones y ferias del libro canceladas. [Puedes seguir leyendo en 20minutos].