‘Buscando Innisfree’ (crónica y fotos)

102_5177Ayer por la tarde en Zaragoza, dentro del ciclo ‘Vidas y Rutas’, que organiza Pilar Tobías, el Centro Cívico Universidad se tiñó de verde. Como autor de Regreso a Innisfree y otros relatos irlandeses y editor del blog Innisfree1916, se me encomendó emprender un viaje, como decía el título de la conferencia, “Buscando Innisfree por los caminos de Irlanda”. Tras dar lectura, con la complicidad de Manuel Nivela, que había ejercido de presentador del acto, al diálogo disparatado de la primera escena de la película de John Ford El hombre tranquilo, desvelé todas las referencias que se ocultan tras el topónimo de Innisfree, más allá de su etimología (isla del brezo): por un lado, el escenario imaginario del relato de Maurice 16195699_1222169457838986_1933291290191170511_nWalsh que John Ford llevó al cine, sentando las bases de la comedia irlandesa que hoy conocemos; por otro lado, la isla real que veía el padre del Renacimiento Gaélico, William Butler Yeats, desde su casa en Sligo, al noroeste de Irlanda, que le inspiró un poema. Basta con citar a Yeats y a Ford y ya contamos con todos los elementos que explican por qué amamos Irlanda los hibernófilos: la literatura y las leyendas celtas, por un lado, y por otro, ese sentido del humor tan característico, la belleza salvaje e incluso mágica de sus paisajes y el carácter tan entrañable de sus gentes. Innisfree evoca todo eso y mucho más. En mi opinión, Innisfree es la referencia de la Irlanda profunda, orgullosa de su identidad, que se niega a desaparecer en la uniformización de este mundo globalizado.

102_5183Tuve que explicar entonces la enfermedad sicosomática que padecemos los hibernófilos, que me he permitido bautizar en uno de mis relatos como el síndrome de Oisín, poniendo en relación el síndrome de Stendhal y la leyenda de Tír na nÓg, el país de la eterna juventud. A partir de esa reflexión, emprendimos el viaje desarrollando los siguientes aspectos que me permiten explicar qué es lo que nos enamora de la isla esmeralda: los paisajes, el carácter irlandés, su sentido del humor (primo hermano de la socarronería aragonesa), la literatura (¿por qué los irlandeses escriben en inglés mejor que los propios ingleses?), la música, la Historia, la cultura del pub, incluso las esculturas de Dublín… intercalando de vez en cuando la lectura de extractos de los diversos relatos de mi libro.

Tras la conferencia, tuve el placer de atender al público que había adquirido ejemplares de Regreso a Innisfree, firmando dedicatorias con mi ya clásico bolígrafo verde, como tengo por costumbre.

[Más fotos en el álbum correspondiente de Facebook].

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