El pasado sábado el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, pasó por Zaragoza. Y tuvo una oportunidad para ratificarse en lo que promete en Valencia o Murcia (el trasvase del Ebro) o desdecirse, pero no dijo nada. Guardó silencio. No obstante, eso de decir una cosa aquí y una distinta allá no creo que sea característica de la nueva política, más bien lo es de la vieja: a eso nos tiene acostumbrados el PP. Así que los naranjas no son tan diferentes de los azules.
Por eso, aprovechando su visita, le emplacé a comprometerse a firmar en Aragón un documento de rotundo rechazo a cualquier intento de retomar el trasvase del Ebro. Ya sabíamos que Rivera en la costa hablaba de trasvase, incluso como prioridad. Por eso le pedíamos que en Aragón se mojara y fuera claro, sin dobleces, y que se atreviera a decir lo que piensa sobre el trasvase del Ebro. No queremos medias tintas, queremos candidatos que digan la verdad. Sin embargo,hasta ahora no ha respondido el líder orangista.
Y es que PP y Ciudadanos llevan en su ADN las políticas trasvasistas que tanto perjudicarían a Aragón. Por este motivo es necesario que toda la ciudadanía conozca exactamente cuál es el grado de compromiso de todos las candidaturas, de todas las personas que se presentan a las elecciones del próximo 20 de diciembre, con respecto al trasvase del Ebro. De ahí esta propuesta de firmar un documento en el momento y lugar que se decida durante esta campaña electoral, para que todos podamos saber si con nuestro voto se está o no apoyando este tipo de políticas hidrológicas.
Como candidato, estoy muy orgulloso de que en el programa de Unidad Popular se apuesta por la Nueva Cultura del Agua y se rechaza expresamente cualquier intento de recuperar el trasvase del Ebro en el nuevo Plan Hidrológico, que se tendrá que aprobar en la siguiente legislatura.