[Ayer en eldiario.es se publicó mi artículo Peor imposible.]
Como aconseja Charles Simic: «Nota a los historiadores del futuro. No lean el New York Times. Lean a los poetas». Ciertamente, los buenos poetas de nuestro tiempo nos ofrecen radiografías más cercanas a la realidad que nos toca vivir que muchos sesudos análisis elaborados de encargo. Por eso, durante mi paso por el Congreso, subía a la tribuna en los grandes debates armado con versos afilados como espadas de Ángel Guinda, Antonio Orihuela, Jorge Riechmann, Ana Pérez Cañamares, Enrique Falcón, Neorrabioso o Inma Luna. El presidente lucía su mejor cara de extraterrestre para encajar aquellos versos que no podía o no quería entender, pero que pretendían transmitirle el sentimiento indignado de una sociedad empobrecida, desposeída de derechos, golpeada… Un presidente está preparado para rebatir un discurso de oposición de manual, pero no para responder a un poeta cabreado. [Sigue leyendo…]